Despedida V promoción Grado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos de la Universidad de Córdoba


El pasado jueves 17 de mayo asistí al acto de despedida de la V Promoción de Graduados/as en Relaciones Laborales y Recursos Humanos de la Universidad de Córdoba, no sólo por acompañar a mis alumnos y alumnas en este momento tan importante de sus vidas, sino porque tuvieron a bien nombrarme madrina de la promoción. Recuperando la tradición de impartir una última lección para quienes abandonan las aulas universitarias y, entrocando con la asigantura que normalmente imparto en el Grado de RR.HH, "Políticas sociolaborales", hice una exhortación de la necesidad de implantar las igualdad en las empresas y de cómo los futoros profesionales tienen un papel crucial en esta empresa.
Comparto con vosotros las palabras que les dediqué, con la esperanza de que sirvan de reflexión para todos aquellos profesionales implicados en el ámbito de las relaciones laborales.
 

"Sr.Vicerrector
Sra. Decana y miembros del equipo decanal de la Facultad de Ciencias del Trabajo.
Autoridades.
Compañeros y compañeras de la Facultad.
Familiares.
Queridos alumnos, Queridas alumnas
Es para mí un inmenso honor dirigirme a vosotros hoy desde la privilegiada posición que me habéis otorgado.
Ser madrina de la V promoción de Graduados/as en Relaciones Laborales por la Universidad de Córdoba, ser madrina de todos y cada uno de vosotros, supone para mí una enorme alegría, porque detrás de este regalo que los alumnos hacéis cada año a los profesores no veo otra cosa que afecto y respeto. La conclusión con éxito de una carrera universitaria es uno de los episodios más gratificantes que pueden vivirse. Les agradezco enormemente poder ser partícipe de este momento único, en compañía de sus familiares y amigos.
Tradicionalmente, el acto de graduación era el momento idóneo para que el padrino o la madrina impartiera una última lección magistral, a sabiendas que sería la última que oirían los graduados y quizás, por ello, la más efectiva de todas.
Me van a permitir recuperar esta vieja tradición y dirigirme por última vez a mis alumnos y alumnas con la esperanza de que estas palabras aniden en sus corazones para siempre y los acompañe en su vida profesional.
Hoy, 17 de mayo, es el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y la Bifobia. Este hecho me lleva a recordar que nuestra sociedad es actualmente, deficitaria en materia de igualdad. Las recientes manifestaciones que tuvieron lugar el pasado 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora, pusieron sobre la mesa la necesidad de abordar cambios en nuestra sociedad en materia de igualdad.
Reflexionando sobre la idea de que el cambio siempre se inicia por el hecho de alterar pequeños aspectos de la vida cotidiana, creo que los ya hoy graduados en Relaciones Laborales y Recursos Humanos tienen parte de responsabilidad a la hora de impulsar cambios en la sociedad. Y, ello es así porque la empresa es uno de los ámbitos en los que, por desgracia, la igualdad escasea.
Una de las competencias que debe adquirir el graduado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos es la de conocer y llevar a cabo políticas de igualdad e integración. La igualdad no sólo se predica entre mujeres y hombres; debemos ser conscientes de que también debe predicarse respecto de otras condiciones personales ajenas al género, como puede ser la edad, la religión o la orientación sexual.
A los graduados en Relaciones Laborales y Recursos Humanos la sociedad les exige compromiso para aplicar la legislación laboral en materia de igualdad en las empresas, en sus actividades profesionales, sean cuales sean. Desde el momento en el que sois ya competentes profesionalmente para realizar ofertas de empleo, procesos de selección, negociación de convenios colectivos, realización de auditorías laborales y un largo etcétera, la lucha por erradicar la desigualdad en las empresas debe ser vuestro leiv motiv.
Iguales, pero diferentes. Diferentes pero iguales. Las diferencias nunca pueden ser un motivo para la discriminación, sino un hándicap que permita sociedades inclusivas, más plurales, más sociales. La edad, el género, la condición social, la orientación sexual, la discapacidad, la nacionalidad, no pueden ser elementos disruptivos en una sociedad como la nuestra, en un Estado como el nuestro: un Estado social y democrático de derecho.
Las diferencias deben ser elementos que permitan generar cambios en las políticas, que permitan visibilizar que las personas no son meros instrumentos puestos al servicio de las empresas, sino que precisamente son las empresas las que necesitan de las personas, de los trabajadores, de las trabajadoras, con independencia de su condición personal.
Los Graduados en Relaciones Laborales y Recursos Humanos tienen en la igualdad uno de los ámbitos que más desafíos profesionales va a plantearles. Al elegir una carrera profesional cuyo objetivo esencial es el de proteger a los trabajadores y a las trabajadoras durante toda su carrera profesional y más allá de ella, se han de convertir en adalides de la igualdad, con el objetivo de mejorar así las vidas de aquellos a los que han decidido ayudar con su actividad profesional.
Por ello, decidáis dedicaros al ejercicio libre de la profesión como Graduados Sociales, optéis por dedicaros a acompañar a los trabajadores en el inicio de relación laboral como profesionales de los recursos humanos, seáis Técnicos de empleo o de Prevención de riesgos laborales, Inspectores de trabajo, Subinspectores de empleo u optéis por asesorar profesionalmente a empresarios y trabajadores, debéis ser adalides de la igualdad en la empresa.
También debéis tener presente que, no sólo la igualdad debe predicarse en relación con el acceso al empleo y las condiciones laborales, sino que este principio también orienta otros derechos laborales, de índole más protectora. Este es el caso de derechos de los trabajadores a ser protegidos frente al acoso por razón de su origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad o u orientación sexual.
Esta protección que le brinda el ordenamiento jurídico debe ser salvaguardada, no solo por los órganos judiciales, sino por todos los actores implicados en las relaciones laborales, de los que vosotros, como profesionales de este campo, debéis velar por su estricto cumplimiento y denunciando aquellos casos de abuso contra los trabajadores y, de forma muy especial, contra las trabajadoras.
Como sabéis, nos encontramos en un momento crucial de la historia de nuestro país, en el que los trabajadores, pero, sobre todo, las trabajadoras, demandan condiciones laborales dignas e igualitarias. Las recientes manifestaciones de las fuimos testigos el pasado día 8 de marzo, Día Internacional de la mujer trabajadora, han dejado al descubierto un sinfín de reivindicaciones, muchas de las cuales se centran en el plano laboral.
La lucha contra los techos de cristal y la precariedad laboral, la temporalidad de los trabajos, los bajos salarios y las jornadas de trabajo a tiempo parcial en muchos casos impuestas por el empresario, son algunos problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad precisamente por la ausencia de igualdad en el mercado laboral. La desigualdad aumenta si unimos al género los condicionantes de la nacionalidad, de la discapacidad o de la mayor edad. Un dato en este sentido: las mujeres cobran un 37% menos de pensión que los hombres.
Extendamos entre todos, el paradigma de la igualdad en las relaciones laborales para contribuir con ello a una sociedad más justa.
Por ello os exhorto a ser abanderados en esta lucha contra la desigualdad laboral. No dejemos sólo en manos de los Gobiernos y de los jueces una lucha que nos compete a todos y a todas.
Recordad siempre que los graduados en Relaciones Laborales y Recursos Humanos deben ser promotores del cambio, precisamente porque son especialistas a la hora de defender los derechos laborales.
Ojalá esta última lección que me habéis permitido impartiros, sobrevuele vuestros corazones más allá de este día y sea un baluarte que os identifique como miembros de una comunidad, la universitaria, cuyo objetivo último es contribuir a hacer una sociedad más justa e igualitaria. Si a ello hemos contribuido el claustro de profesores que os hemos acompañado en vuestra etapa de formación, nos haréis sentir orgullosos de nuestra profesión docente.
Y ahora sí, quedan los agradecimientos y felicitaciones merecidas…
En primer lugar, a vuestros familiares presentes hoy aquí quiero agradecerles que hayan confiado en la Universidad de Córdoba para vuestra formación universitaria. Esperamos no haberles defraudado.
Y en segundo lugar, quiero felicitarles por haber desempeñado sin duda un papel muy importante en vuestro éxito. Seguir contando con su apoyo os garantizará poder elegir con acierto vuestro camino profesional.
Colegas, ahijados, amigos, reciban este título como el gran reto que implica seguirse preparando para enfrentar las adversidades que encontramos en el sector de las relaciones laborales, asumiendo el rol de nuestra profesión.
La situación que vivimos es difícil, requiere un cambio de actitud, y son ustedes los jóvenes profesionales lo que hacen posibles los cambios, mediante el trabajo y la participación en las distintas áreas de la vida. Sean los defensores incondicionales de los valores éticos, y humanos, sobre todo, sean firmes a sus convicciones, teniendo como Norte la construcción de un país, justo e igualitario.
¡En sus manos está el que las utopías se cumplan!.  

Muchas gracias".


María José Rodríguez Crespo
Universidad de Córdoba









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